Y la cuerda se rompió. Llegó lo que la afición herculana pedía a gritos incluso desde antes de que comenzara la temporada. Juan Carlos Mandiá es cesado como entrenador herculano. Pese a que el técnico estaba prácticamente sentenciando también por la directiva desde el pasado partido en el Rico Pérez contra el filial azulgrana, no se había conseguido la fórmula para su despido tras el partido contra el Barça B. En las últimas fechas se había oído incluso declaraciones del propio Valentín Botella, vicepresidente de la entidad, que se mostraba en público a favor del cese del gallego. Ha resultado clarificador el último empate (con sabor a derrota) contra el Guadalajara, en el partido en el que el club celebraba el 90 aniversario.
Juan Carlos Mandiá ha entrenado en tres etapas diferentes al Hércules. La primera fue la del ascenso a Segunda División en 2005. La segunda la temporada 2008-2009, en la que consiguió los famosos 78 puntos tan recordados a menudos por el técnico y en la que rozó el ascenso. Esta tercera etapa ha tenido una clara tendencia a ir de más a menos, si bien en un primer momento su vuelta generó ilusión por la buena marcha del equipo (a pesar de que parte de la afición estaba en su contra por su espantada en la etapa anterior) todo esto cambió radicalmente a partir de Junio, momento en el que además de un final de temporada que dejó mucho que desear, se añadió todo lo extradeportivo, que ha hecho que en estos últimos meses se quede una imagen del entrenador gallego bastante pésima en Alicante.
Así, resulta parodójico el caso que se da ahora en el Hércules. Nos encontramos con el final de la tercera etapa de Juan Carlos Mandiá en el Hércules y con el comienzo de una nueva etapa, encabezada por Quique Hernández, que es su particular tercera aventura en Alicante. En el equipo de la capital de la Costa Blanca siempre se ha echado mano de lo conocido en otras etapas, haya sido fructífero o no en el pasado.
Por lo tanto tenemos un viejo conocido que regresa con la misión de levantar un equipo que se encuentra totalmente hundido tanto en la clasificación, como en lo moral y futbolístico. Quique Hernández ya dirigió al conjunto blanquiazul en dos anteriores etapas, de 1992 a 1994 (con un ascenso a Segunda en su palmarés) y otra etapa en Primera División, en la temporada 1996-1997, en la que a pesar de no conseguir un buen resultado se recuerda la victoria de su equipo en el Camp Nou frente al FC Barcelona por 2-3. Si algo caracteriza a este entrenador es la experencia ya que es muy larga la lista de equipos de todo tipo y categoría a los que ha dirigido. Se espera una seriedad que quizás sea lo que haga más falta ahora en Alicante.
Y no viene solo, ya que con él tenemos un nuevo regreso en forma de segundo entrandor, se trata de Moisés García León, que fue en su día uno de los ídolos del Rico Pérez en el regreso a Segunda, en las temporadas 05/06 y 06/07. Su caso fue el típico que se repite una y otra vez en Foguerer Romeu Zarandieta, jugador querido y que ha rendido, que sale por la puerta de atrás y de malas maneras. En su día el veterano trotamundos del fútbol español declaró que el Hércules tendría muy difícil su crecimiento como club mientras Enrique Ortiz siguiese al frente.
En definitiva, ni los problemas del Hércules se centraban únicamente en Juan Carlos Mandiá, ni se van a arreglar ahora en su totalidad con Quique Hernández, pero sí era necesario este soplo de aire fresco al entorno y sobre todo a un vestuario que ya era un polvorín y que necesita orden y un nuevo camino. Lo que necesita en su mayoría es fútbol, y un líder.
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